
Promocionándose en revistas elitistas, en poses vanidosas, el fiscal general Oscar Montes de Oca pretende limpiar su manchada reputación ante los ojos de los quintanarroenses que siguen exigiendo su pronta destitución o renuncia a la FGE.
Ante la falta de resultados que justifiquen su permanencia en el cargo, el devaluado fiscal promueve su imagen en costosos medios de comunicación, modelando para las cámaras como si se tratara de un personaje farandulero, y no de un funcionario serio, responsable de la procuración de justicia en Quintana Roo.
¡Debería la XVII Legislatura cuestionar de dónde obtiene recursos económicos para pagar dichas publicaciones!

